En el festival de Alta Montaña, Uspallata explotó de música y danza

Si algo define a Uspallata son los paisajes emblemáticos de la cordillera de los Andes y la calidez de su gente, rasgos que definen sin lugar a duda el festival más alto del país, el de Alta Montaña, una cita obligada para el calendario veraniego y turístico de la provincia de Mendoza.

Es que el Festival de Alta Montaña ha sabido poner en valor la identidad de los pueblos cordilleranos del departamento. La música, la danza y la gastronomía son buenos motivos para disfrutar en familia de dos noches mágicas entre montañas.

La postal del festival es clara y motivadora: niños que juegan en el predio con globos de colores, artesanos que expresan su creatividad en cada uno de sus puestos, artesanos de la gastronomía tentando a cada uno de los visitantes, y un escenario destila danza y música para que esa noche sea una postal inolvidable. Así es el reconocido festival cordillerano.

“Soy de Venezuela, llegué con amigos de Buenos Aires a pasar unos días en Mendoza y es la primera vez que visito Uspallata, subimos por Villavicencio y quedé encantada con el atardecer, y después encontrarme con este evento bailable cerca del Aconcagua, la verdad que es muy chévere, sus montañas son una poesía”, expresó Yocelin Miranda, una caraqueña que se quedó en el festival para bailar cumbia con El Mago y la Nueva.

Es que, si la primera noche del festival estuvo marcado por el código folclórico de Pocho Sosa, Los Trovadores de Cuyo y Juan Fuentes, en la segunda y última noche del ritual festivalero, los ritmos bailables de cumbia, el baile contemporáneo y el hip hop fueron la base rítmica que vibró en el camping municipal de Uspallata.

Es por eso que el Ballet Folclórico de Proyección Limerencia, Merlina, Conjunto de Danza Atemporal, Lourdes Cuello, Escuela de Arte Folclórico La Danza en el Alma, Sueños Cuyanos, Academia Fusión Urbana, Grupo Rústica y Tanguera y El Mago y la Nueva, fueron los responsables de hacer bailar a los miles de uspallatinos, turistas y mendocinos que aportaron todo el calor popular y el color festivo en esta edición artística número 33 del “Alta Montaña”.

“Soy de Uspallata, y desde niña que no nos perdemos una sola noche del festival. Para nosotros es la salida familiar, donde con mi abuela, mi madre y mi esposo nos juntamos siempre para pasar el finde juntos”, destaca Janet, una de las uspallatinas más devotas del festival más alto de la cordillera de los Andes.

Es por ese motivo que el valor local de las aristas que suben al escenario son también otros de los motivos por el que este festival pone en valor no solo la tradición popular de un país, sino también el ADN cultural de los pueblos de cordillera.

En el abanico de propuestas turísticas que tiene para ofrecer Uspallata, su gastronomía es sin duda uno de sus polos de atracción, experiencia que el que visita el Festival de Alta Montaña, lo disfruta a pleno. Carne a la llama, empanadas criollas, lomos de entrañas, licuados de frutas naturales, entre otras tentaciones.

Esta edición 2023, quedará en el historial artístico y popular, en un festival donde su escenario ha sido pisado por figuras de nivel provincial como nacional, Pocho Sosa, Juan Fuentes, Soledad, Víctor Heredia, Luciano Pereyra, Facundo Saravia, Teresa Parodi, Los Carabajal, Juanón Lucero, Los Chimeno, Los Trovadores de Cuyo, Ricardo Dimaria, Jorge Sosa, Campedrinos y Los Playeros, entre tantos otros artistas.