Giol y Gargantini: la historia de los pioneros vitivinícolas en Maipú

Sus nombres forman parte de la historia grande de nuestra provincia.

Maipú18/12/2022RedacciónRedacción

MAIPU BANNER

giol

La industria del vino en la provincia de Mendoza es reconocida en todo el mundo por la calidad de sus vinos. Pero, ¿cómo comenzó esta industria? Uno de los nombres que surgirán en la historia de la vitivinicultura de Mendoza es Juan Giol, un inmigrante español que llegó a Argentina en el siglo XIX y que es considerado el padre de la vitivinicultura mendocina. Bautista Gargantini es otro nombre clave en la historia del vino mendocino, que se unió a Giol para hacer realidad su sueño de producir vino de calidad. En este artículo, exploraremos la importancia de estas dos figuras en la historia del vino de Mendoza y cómo sus bodegas influyeron en la industria en Argentina.

Juan Giol y Bautista Gargantini llegaron a Mendoza en la segunda mitad del siglo XIX, cuando la provincia todavía estaba en proceso de desarrollo. Fue en ese momento que decidieron dedicarse a la producción de vino, y comenzaron a plantar viñedos en la zona de Barrancas. Giol tenía experiencia previa en el campo de la vitivinicultura en España, y sabía que la región de Mendoza tenía las condiciones ideales para producir vino de alta calidad. La combinación de un clima seco, un suelo fértil y la altitud de la región resultó ser la mezcla perfecta para cultivar uvas.

Giol y Gargantini fundaron la bodega Giol-Gargantini en 1885, que se convirtió rápidamente en una de las bodegas más importantes de la región. Su enfoque en la calidad del vino y la implementación de técnicas innovadoras los llevaron a ser pioneros en la producción de vino en la región de Mendoza. La bodega se construyó con materiales importados de Europa, y contaba con tecnología de punta para la época, como prensas hidráulicas y tanques de fermentación de acero inoxidable.

La bodega Giol-Gargantini se convirtió en una de las principales proveedoras de vino de la región, y su éxito fue tal que pronto comenzó a exportar a otros países. En 1908, la bodega recibió una medalla de oro en la Exposición Internacional de Vinos de Burdeos, lo que llevó a que la marca Giol-Gargantini fuera reconocida a nivel mundial.

La bodega se expandió aún más con la construcción de una segunda casona en la calle Ozamis, que se convirtió en la sede principal de la empresa. La casona contaba con una gran bodega subterránea, que aún se mantiene en la actualidad y se utiliza para el almacenamiento de vino.

Te puede interesar
Maipú, nueva Capital del Aceto Balsámico 2

Maipú, nueva Capital del Aceto Balsámico

Redacción
Maipú21/04/2025

La Municipalidad de Maipú y el Honorable Concejo Deliberante declararon al departamento como “Capital del Aceto Balsámico" con el método tradicional de Módena. Esta iniciativa fue impulsada por reconocidos especialistas en la materia.

Lo más visto
Maipú, nueva Capital del Aceto Balsámico 2

Maipú, nueva Capital del Aceto Balsámico

Redacción
Maipú21/04/2025

La Municipalidad de Maipú y el Honorable Concejo Deliberante declararon al departamento como “Capital del Aceto Balsámico" con el método tradicional de Módena. Esta iniciativa fue impulsada por reconocidos especialistas en la materia.